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Una edad de oro en la arquitectura asturiana


La Jirafa de Oviedo
La Asturias de los años 50 es la de una región en pleno desarrollo, superado el bache de la dura posguerra. La actividad industrial que hizo del Principado la región con el más alto PIB de España sólo por detrás de Madrid, Barcelona y Vizcaya hasta los años 70, se materializa también en el progreso de sus principales núcleos de población. Lejos de la imagen creada de cara al turismo de la "Asturias rural", el área metropolitana que forma el centro de la región, entre Oviedo, Gijón, Avilés y las cuencas, desarrolla en los años 50 y 60 una arquitectura moderna acorde a su desarrollo económico, aunque los primeros ejemplos los encontramos en los 30. Una arquitectura hecha en gran medida por arquitectos asturianos, prestigiosos profesionales formados en España y otros lugares del mundo y que han construido varios hitos arquitectónicos. Algunos de ellos son reconocidos a primera vista; otros nos pasan desapercibidos. "Lo moderno de nuevo", un libro editado a finales de 2014 y escrito por los arquitectos Fernando Nanclares y Nieves Ruíz, aborda por fin de manera profesional pero también cercana y sencilla este legado arquitectónico aún poco valorado, a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao...) donde el movimiento moderno está estudiado y trabajado desde hace tiempo. 

Cine Felgueroso de Sama (1956)
Desde las modestas viviendas obreras de la Obra Sindical del Hogar, a grandes y llamativas iglesias modernas, pasando por "rascacielos", estaciones, edificios de uso público, oficinas, instalaciones deportivas, cines y espacios industriales. Una nueva manera de concebir la ciudad con ideas que llegaron desde el extranjero y que si bien se instalaron tardíamente en España, lo hicieron, y con una gran calidad estilística y arquitectónica, nada que ver con algunas de las atrocidades que contemplamos hoy en día. El paso del neohistoricismo fracasado a lo moderno, de la sin razón de los 40 al optimismo de las décadas posteriores. Y es que la arquitectura no es sólo un envoltorio, ni un arte, ni una técnica. Es el testimonio material que nos habla de una época y de una sociedad. 

Es realmente curioso que aunque la Universidad de Oviedo aún no cuente hoy con facultad de arquitectura, Asturias sea una región tan prolífica en arquitectos, y buena parte de ellos son los de esta época: los Hermanos Somolinos, Juan José Suárez Aller, Joaquín Vaquero Palacios, Juan Vallaure, Álvarez Castelao, Gómez Collado, Del Busto, Miguel Díaz Negrete, Julio Galán... arquitectos que han dejado su obra por toda España. 

Aunque no lo parezca, el "Termómetro" de Oviedo
 es un edificio de los años 30
Estas obras se han desarrollado especialmente, cómo no, en Gijón y Oviedo, también en Avilés (especialmente la vinculación a Ensidesa), La Felguera y Sama de Langreo, Mieres y, en menor medida, otras localidades asturianas, sin olvidar las áreas residenciales de eso que comenzó a conocerse como "veraneo" (Perlora, Luanco...) y las grandes obras hidráulicas que convirtieron en arte instalaciones en principio anodinas y tristes. 

Ahora que contamos con una obra digna, sin olvidar también todos los catálogos y estudios previos a los que se han dedicado historiadores, geógrafos, arquitectos o ingenieros, es hora de establecer una guía, plantear rutas que nos ayuden a valorar y conocer este patrimonio, el más reciente con el que cuenta el Principado pero no por ello el menos valioso, y por supuesto hacerlo ver al visitante.

"Lo moderno de nuevo" recoge más de 100 joyas del movimiento moderno, algunas de ellas reconocidas por el Docomomo ( Documentation and conservation of buildings, sites and neighbourhoods of the Modern Movement) pero hay muchas más. Lo único que hay que hacer es, como siempre, abrir los ojos. 
Central hidroeléctrica de Proaza (1964)
Reportaje en El País: "En la guarida de James Bond"

Universidad Laboral de Gijón, años 40-50

Antiguo Parque Sindical de La Felguera 1966




Iglesia de La Sagrada Familia, Santullano, Mieres (1953)


Las gigantes naves de Ensidesa, que ocupan varios municipios (Avilés, Gozón, Corvera...)
Años 50




Salto de Grandas de Salime, impresionante sala de turbinas con 
los murales de Vaquero Palacios (1954)


Edificio de la Plaza San Miguel de Gijón, primer rascacielos de la ciudad 
Torre Bankunión, Gijón
Edificio Cristal I, Oviedo

La Universidad Laboral y sus talleres,
el edificio más grande de España


Antiguo Hotel Truita, Cangas del Narcea (de 1953)

Hicroeléctrica Cantábrico, Oviedo



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