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Cuando Madrid casi organiza los Juegos Olímpicos de 1972

Logotipo de la candidatura madrileña de 1972

Todos recordamos los intentos frustrados de Madrid para organizar las Olimpiadas de 2012, 2016 y 2020.  En la primera ocasión un error en la penúltima votación hizo que la villa maritense no llegase a la final. En 2016 lo consiguió y se disputó los Juegos hasta el último momento con Río de Janeiro, cuando todos vivimos el tongazo del siglo. Por último en 2020, el año del café con leche in Plaza Mayor, se quedó de nuevo a las puertas de la final, quizás por errar en el concepto de juegos austeros frente al derroche que proponían otras candidatas. Recientemente se anunció que el ayuntamiento comenzará a preparar una nueva candidatura olímpica, la de 2032, es decir, 40 años después de que Barcelona fuese la sede de los mejores Juegos Olímpicos hasta ese momento.
Las otras tres candidaturas olímpicas



Pero antes del "Tengo una corazonada" y otros eslóganes que nos hicieron ilusionarnos con volver a traer  España el evento más importante del mundo, Madrid ya lo había intentado, concretamente en 1972. En ese momento la capital de España era una ciudad en pleno desarrollo, con relativamente buenas infraestructuras, entre ellas deportivas, y muchas ganas de mostrarse al mundo como una ciudad abierta y cosmopolita en contraposición a su imagen, como la del resto del país, muy diferente a lugares como Londres o París. El handicap de encontrarse en un Estado bajo una dictadura no era tal puesto que fue el presidente del COI, el ultraconservador norteamericano Avery Brundage, quien impulsó la candidatura española debido a su admiración personal por Franco, pensando que serviría para lavar la imagen del régimen de cara al exterior. 


La Gran Vía en los 60


La elección tuvo lugar en 1966 en Roma y las ciudades finalistas fueron Montreal, Detroit, Madrid y Manchester. Sorprendentemente Madrid obtuvo la segunda plaza, aunque es verdad que a bastante diferencia de la ciudad alemana. 

La candidatura comenzó en 1965 ya que fue precisamente en Madrid donde se celebró la LXIII Asamblea del Comité Olímpico Internacional, y fue ahí donde Brundage recomendó al nuevo gobierno que presentasen a Madrid de cara a las Olimpiadas de verano de 1972. No obstante los miembros del Ejecutivo no veían del todo claro que fuese Madrid la candidata, inclinándose algunos por Barcelona. Sí, por mucho que a los nacional-independentistas les moleste la Historia, Barcelona era una ciudad cuidada por el régimen franquista, les guste o no. La ciudad condal ya se había presentado en 1924, 1936 (quedó segunda) y 1940 (edición que no llegaría a celebrarse) y presentaba mejores infraestructuras deportivas que Madrid. Finalmente parece ser que Franco y allegados temían que conllevase algún tipo de reivindicación descentralizadora desde Cataluña de cara al exterior, así que se optó por desestimarla y convocar a Madrid. 





La ciudad fue elegida oficialmente en la Nochebuena de 1965 aunque miembros del aparato de Gobierno consideraban que no existía una demanda social que justificase el desembolso que suponía organizar los Juegos (por no hablar del poco éxito que entonces tenían los atletas españoles en las jornadas olímpicas). Otros consideraban que con un turismo extranjero cada vez más activo, no era necesaria la promoción exterior. El ministro de Gobernación, Camilo Alonso Vega, fue uno de los influyentes personajes que eran contrarios a que costeásemos los Juegos. Quien sí apoyó la candidatura fue Juan Antonio Samaranch, entonces hombre cercano al Régimen (como la mayor parte de la burguesía catalana) y que a partir de las sesión olímpica en la que se eligió a Munich comenzaría su exitosa carrera en el COI, hasta impulsar la inolvidable elección de Barcelona en 1986.




El plan de presentación para los Juegos de Madrid de 1972 incluía aprovechar instalaciones ya construidas como el Palacio de Deportes (hoy WiZink Center), la Plaza de Toros de Las Ventas, el Santiago Bernabéu, el viejo Vicente Calderón (entonces Estadio Manzanares) o la Ciudad Deportiva del Real Madrid, además de construir otras nuevas, como un gran Estadio Olímpico con capacidad para... ¡¡¡100.000 espectadores!!! en la actual Casa de Campo. Barcelona acogería las competiciones de vela y el pantano de San Juan las de remo y piragüismo.

Ubicación de las infraestructuras olímpicas pendientes de construir


Una de las sedes propuestas, el Palacio de Deportes de Madrid, hoy Wizink Center



La improvisación y el poco interés del ayuntamiento madrileño y del Gobierno por hospedar los premios (se consideró que presentando la ciudad ya se hizo todo lo que se debía y cruzaron los dedos para no ganar) provocó que perdiésemos la elección aunque, sorprendentemente, por encima de la entonces puntera ciudad de Detroit y de Montreal. Entre otros motivos, Madrid recibiría el apoyo de los países iberoamericanos y árabes. Las potencias comunistas preferían ver los Juegos en Madrid que en la República Federal Alemana. 

Antiguo Estadio del Manzanares


Antigua Ciudad Deportiva del Madrid, donde hoy están las Cuatro Torres


La apresurada candidatura madrileña quedó en una intentona digna pero sin ilusión, nada que ver con las posteriores. Esperemos que al final ésta no deje de ser una anécdota en el camino que lleve a Madrid a ser ciudad olímpica, como se merece. 




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