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Mitos de la Historia

Películas, series, habladurías... En el día a día escuchamos constantemente una serie de frases hechas y citas de autoridad que, en muchas ocasiones, no son reales. La sociedad ha asumido ciertas anécdotas y hechos que crecen como una bola de nieve sin que los medios de comunicación (o incluso el sistema educativo) los pare. Veamos cuáles son algunos de los mitos de Historia y Cultura más difundidos -La Muralla China es la única creación del Hombre que se ve desde La Luna -Falso: por favor, ¡ningún edificio se ve desde la Luna! Por muy larga que sea, la Gran Muralla China se caracteriza precisamente por eso, su longitud, y no por su anchura. Si los miles de kilómetros de la muralla se concentrasen en torno a un único centro quizás la mancha que provocaría en la Tierra fuese visible a mucha altura, no sé si desde la Luna... -Marconi inventó la radio y Bell el teléfono -Falso: Nos han enseñado en el cole que el gran ingeniero Marconi inventó la actual radio,

Cómo proteger un bien cultural y cómo nos repercute

Desde la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985 (y las sucesivas leyes autonómicas) existe una figura clave para proteger aquellos bienes muebles e inmuebles, materiales o inmateriales, de especial relevancia histórica, artística, arquitectónica o técnica. Esta figura es el Bien de Interés Cultural , aunque no la única. ¿Qué es un Bien de Interés Cultural? Todas las provincias españolas tienen un buen número de bienes bajo la declaración de BIC . En España por tanto se cuentan por miles y hacen referencia a aquellos elementos que tienen una especial relevancia para la explicación y comprensión del pasado, de un territorio o de una determinada sociedad y sus modos de vida (una iglesia, una casona, un palacio, un castillo, un puente, una escuela, un estación de ferrocarril, una fábrica, un molino, un cuadro, una tradición o una danza). No tiene porqué tratarse de un edificación espectacular, basta con que esté acreditada su singularidad, como una pequeña ermita.  La C

Una edad de oro en la arquitectura asturiana

La Jirafa de Oviedo La Asturias de los años 50 es la de una región en pleno desarrollo, superado el bache de la dura posguerra. La actividad industrial que hizo del Principado la región con el más alto PIB de España sólo por detrás de Madrid, Barcelona y Vizcaya hasta los años 70, se materializa también en el progreso de sus principales núcleos de población. Lejos de la imagen creada de cara al turismo de la "Asturias rural", el área metropolitana que forma el centro de la región, entre Oviedo, Gijón, Avilés y las cuencas, desarrolla en los años 50 y 60 una arquitectura moderna acorde a su desarrollo económico, aunque los primeros ejemplos los encontramos en los 30. Una arquitectura hecha en gran medida por arquitectos asturianos, prestigiosos profesionales formados en España y otros lugares del mundo y que han construido varios hitos arquitectónicos. Algunos de ellos son reconocidos a primera vista; otros nos pasan desapercibidos. "Lo moderno de nuevo", un

La presa Llerín

Hay una máxima que nadie puede negar. El mayor de los problemas que ha generado la actividad industrial es la contaminación. Contaminar es, básicamente, deshacerse de lo que no sirve en el proceso industrializador. Por tanto si esos residuos se reutilizasen, no existiría la contaminación ¿verdad? Sea así o no, la industria ha degradado el aire, destruido pequeños ecosistemas, inundado ríos y mares de basura, etc. Nos remitimos en esta entrada a lo  que en su momento fue una medida de saneamiento y que hoy nos horrorizaría. En 1973 la empresa nacional hullera, Hunosa , optó por construir una presa de lodos no muy lejos de la zona urbana de Langreo para tratar de descontaminar el degradado río Candín (afluente del Nalón) cuyas aguas estaban tan contaminadas que, según comentaba del paisanaje de la zona, llegaba a provocar llamaradas si se acercaba una cerrilla. Para ello Hunosa construyó un enorme tubo que comunicó el Lavadero Candín con un pequeño vallejo por el que discurre el

La fotografía

El pasado 25 de octubre la prestigiosa fotógrafa Annie Leibovitz recibía en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación, merecido galardón a una carrera detrás del objetivo. Antes de eso afirmó que le gustaría retratar la Historia de Avilés como ejemplo de un pequeño pueblo pesquero que llegaría a ser un influyente lugar industrial hasta su decadencia, al igual que Detroit a ojos de Leibovitz (¡más quisiera Detroit!). Hoy hay numerosas páginas dedicadas a aficionados y profesionales de la fotografía, donde plasman sus trabajos y, porqué no decirlo, su visión de la vida. En este campo la fotografía industrial ocupa un destacadísimo lugar y cada vez es más frecuente retratar en imagen lugares industriales, con cierta predilección por las escenas decadentes, las ruinas, el abandono... restos que pueden llegar a significar tanto. Al fin y al cabo las ruinas siempre son algo romántico, al margen de ser éstas las de un castillo, un palacio o una fábrica. Son habituales los ce

Un Oviedo también industrial

Muchos asturianos tienen una idea muy clara sobre las dos ciudades más grandes del Principado. Otorgan a Gijón de la imagen industrial y obrera mientras que atribuyen a Oviedo la de una ciudad refinada y burguesa. En realidad los tópicos nunca son buenos y menos en pleno siglo XXI tras décadas de profundos cambios. Lo cierto es que Oviedo, a pesar de no ser por definición una ciudad obrera ni industrial, ha concentrado grandes complejos fabriles y barrios obreros cuyo legado perdura en la actualidad, haciendo frente al tópico sobre su estatus. No sólo eso; el municipio de Oviedo, que en buena parte hace frontera con las Comarcas Mineras y recibe su influencia, ha albergado (o sigue haciéndolo) fábricas que han sido referencia en la industrialización española. Sin profundizar, haremos un repaso por estos lugares emblemáticos. Oviedo es la capital de Asturias pero Gijón es la ciudad más poblada gracias a su puerto e industrialización Dentro de la propia ciudad de Oviedo, la Fáb